Sempre endavant

Sempre endavant

jueves, 9 de septiembre de 2010

(...) la literatura, afortunadamente, no se deja encerrar, pues es todo y nada a la vez. Una eternidad ilimitada con ilusiones de principio y fin. Es demasiado grande para poder abarcarla completa con nuestra reflexión, y tan etérea que podría colarse por cualquier rendija en la madera. Es decir, que seguirá siendo una duda no resuelta, y los que disfrutemos de ella sin tener que buscar insistentemente una afirmación que la neutralice para siempre seguiremos siendo niños, preguntando ¿por qué? a todo, sin esperar respuesta alguna; apostando por una existencia llena de infecciones, repleta de desesperanza, de muerte y de anhelos incumplidos, porque sólo de esta manera quieres seguir andando, disfrutando del paseo, sumergiéndote en realidades a destiempo interminables nunca lo suficientemente ajenas como para que sean incapaces de hacerte emocionar. Sintiéndonos amenazados, obsesionados con los límites, y capaces de alcanzar la vida y muerte eternas cada vez que abramos un libro, admiremos un cuadro o escuchemos una pieza musical.

Y haciendo de nuestra vida, y de nuestra muerte, nuestra personal obra de arte.

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