Ens despedim després d'un examen de Berkeley, on tots hem sortit més aviat xafats per la sensació d'haver-nos repetit fins a la sacietat.
-Bueno, ¿pero quedamos esta tarde para celebrar que ya nos lo hemos quitado de encima?
-Venga vale, pero no muy tarde porque yo mañana me voy a Irlanda...
-Vale, ¿a las siete?
-Mejor a las ocho, que yo necesito dormir un poco que me encuentro fatal...
-Venga, pues a las ocho.
-¿En tribunal a las ocho?
-¡Hecho!
Em presento a les vuit a la parada de metro de tribunal, i em trobo només amb Estrella, quan Ana també havia de venir.
-Ana me ha dicho que ha estado potando, tiene náuseas y que no va a venir que está con fiebre.
-Vaya, dichosa gripe gastrointestinal.
Donem unes voltes buscant un bar que pugui estar bé. Al final ens decidim. Entrem. Ens assentem.
Comencem a parlar, i acabem traient el tema dels llibres.
-Me leí una trilogía de Lorenzo Silva, "Lluvia en París", "El cazador del desierto"....
-¡¿..."El cazador del desierto"....?!
Mai m'hagués imaginat que, després de tan de temps amb aquest llibre al cap, algú que no fos jo em pogués treure el tema. M'he quedat a quadres. Tants records... L'he de recuperar, rellegir-me'l, i fer una valoració com es mereix. De moment, simplement el puc recomanar amb totes les meves forces. Només el vaig tenir entre les meves mans un cop, fa molt i molt de temps, i encara ara viu el record d'una gran història. Res més, els detalls s'han perdut en l'oblit, però la sensació no desapareix. Si mai teniu l'oportunitat, no la desaprofiteu.
És curiós com són els records, que quan els hi obres les portes s'aglomeren tots allà mateix. Comences amb un llibre de la teva infància, i acabes revivint una història del passat que la donaves ja per enterrada.
Sempre he pensat que res no mor fins que s'oblida. I hi ha gent, que per molt mal que faci reconèixer-ho, existirà sempre en la memòria.
___________________________________________________________
Nos despedimos después de un examen de Berkeley, de donde todos hemos salido más bien embajonados por la sensación de habernos repetido hasta la saciedad.
-Bueno, ¿pero quedamos esta tarde para celebrar que ya nos lo hemos quitado de encima?
-Venga vale, pero no muy tarde porque yo mañana me voy a Irlanda...
-Vale, ¿a las siete?
-Mejor a las ocho, que yo necesito dormir un poco que me encuentro fatal...
-Venga, pues a las ocho.
-¿En tribunal a las ocho?
-¡Hecho!
Me presento a las ocho a la parada de metro de tribunal, y me encuentro sólo con Estrella, cuando Ana también tenía que venir.
-Ana me ha dicho que ha estado potando, tiene náuseas y que no va a venir que está con fiebre.
-Vaya, dichosa gripe gastrointestinal.
Damos unas vueltas buscando un bar que pueda estar bien. Al final nos decidimos. Entramos. Nos sentamos.
Empezamos a hablar, y terminamos sacando el tema de los libros.
-Me leí una trilogía de Lorenzo Silva, "Lluvia en París", "El cazador del desierto"....
-¡¿..."El cazador del desierto"....?!
Nunca me hubiera imaginado que, después de tanto tiempo con este libro en la cabeza, alguien que no fuera yo pudiera sacar el tema. Me he quedado a cuadros. Tantos recuerdos... Tengo que recuperarlo, releérmelo, y hacer una valoración como se merece. De momento, simplemente lo puedo recomendar con todas mis fuerzas. Sólo lo tuve entre mis manos una vez, hace mucho mucho tiempo, y aun ahora vive el recuerdo de una grande historia. Nada más, los detalles se han perdido en el olvido, pero la sensación no desaparece. Si alguna vez tenéis la oportunidad, no la desaprovechéis.
Es curioso cómo son los recuerdos, que cuando les abres la puerta se juntan todos allá mismo. Empiezas con un libro de tu infancia, y terminas reviviendo una historia del pasado que la dabas ya por enterrada.
Siempre he pensado que nada muere hasta que se olvida. Y hay gente, que por muy doloroso que sea reconocerlo, existirá siempre en la memoria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario